Una casa grande, como palacio. Fue de un hombre exiliado en Francia durante la dictadura argentina. Salió del país de un día para el otro, por lo que su casa quedó intacta. Un día, a los pocos de su partida, los militares entraron en su búsqueda, y se robaron todo, dejándola vacía. A través de una convocatoria por pública, pedí prestados muebles y tabiqué la entrada de un cuarto secreto que daba a una otra habitación, tambíen secreta.
